De Lectora a escritora

Un perfil de Rosario Quijandria

Una pequeña niña pasea por la acera de su casa con un triciclo, la veo de lejos bailar, se esconde detrás de su puerta; siempre risueña y quisquillosa se muestra cuando de lejos la observan. Tendría unos 4 años de edad, pero regularmente la veía sola. Algunas veces salía a comprar con su mamá y le gritaba a cualquier señor que se le cruzara en su camino: ¡Papá! Su mamá la solía jalar con fuerza y detenerla antes que dominante ella lo fuera abrazar. En ciertas ocasiones la visitaba, y veía lo rápido que crecía. Me comentaba a veces que sus deseos de cumpleaños siempre fueron esperar la llegada de su papá pero sabía que era imposible pues él había dejado de existir. Tuve la intensión de preguntarle cómo había ocurrido, pero sabía de alguna manera que ella nunca podría decirlo sin alguna lágrima en los ojos, ese traumático vacío iba a ser parte de su vida. La pequeña niña ahora es mi amiga y tiene 10 años. Cuando no tengo tiempo de conversar con ella la veo desde mi ventana. A veces está triste, pero cuando esto ocurre aparece detrás de ella una señora que seguro ha de ser su abuela, mi amiga la adora, es feliz a su lado. No estoy segura de qué pasó con su mamá, no la veo seguido, cuando he querido comentárselo a mi amiga ella solo intenta cambiar de tema.

El tiempo vuela sin darnos cuenta, mi pequeña amiga dejó atrás la infancia y ahora es una jovencita de 14 años, a veces suelo ir a verla cantar, siempre me ha contado que escondida en su cuarto solía expresarse escribiendo canciones. El escondite no duró mucho para ella, pues un día descubrieron su talento en una iglesia y la invitaron a ser parte del coro oficial. La veía también leyendo, ¡qué resplandeciente la notaba cada vez que leía! Pero cuando la notaba taciturna y afligida sabía que era porque no tenía dinero para comprarse otro de esos gordos cuadernos. Mi amiga por primera vez me visitó, es toda una señorita de 18 años, aún no puedo creer lo grandiosa que se ve cuando me habla sobre una de las historias de sus libros. Ella siempre me ha contado de lo bien que le hace al ser humano la lectura, me dijo una vez que sus sueños se cumplieron leyendo, por supuesto no entendí a qué se refería, pero asumo que visualizó mi gesticulación porque con una sonrisa me mencionó que leyendo logró viajar por todo el mundo sin visa. Me contó también que las historias llenaban en muchos momentos de su vida el vacío que arrastró desde que era una niña.

Mi amiga tiene 20 años y me emociona ver cómo termina los diarios que le regalo para que escriba, hasta he dejado de contar todos los gráficos que terminan desapareciendo del papel porque también fueron opacados por su letra. Recuerdo que me había dicho que quería ser doctora para ayudar a las personas, pero dentro de mí sabía que no era la única profesión que mi amiga podría elegir para lograr su objetivo. Con el tiempo ella misma lo descubrió y se dio cuenta que quería ser periodista porque amaba escribir historias, leer novelas y tenía una curiosidad incesante por todo. Sin embargo, lo que me preocupaba era cómo pagaría su carrera, mi amiga solo contaba con aquella señora que ya era una viejecita y con ella misma. La verdad no supe cómo había juntado dinero para poder ingresar a la universidad; al transcurrir el tiempo me dijo  que lo había logrado participando de elencos para shows infantiles. Mi amiga tuvo el apoyo de su abuela hasta el final, aunque supe también que llegó a ser tutora de una reconocida academia pre universitaria y  así logró culminar su carrera. Hoy la puedo ver siempre que deseo gracias a la nueva era digital, y es que con solo entrar a la plataforma de Youtube la veo hablando de libros, incluso creó una cuenta de Instagram  donde recomienda a sus seguidores todos los libros que ha leído y que continúa leyendo. Todavía me visita, ella es feliz con lo que hace y continua teniendo el sueño de convertirse en una gran escritora. Cuando le pregunto por qué desea serlo, solo me responde que quiere ayudar con sus historias a las personas, así como tantos escritores la ayudaron a ella cuando se sentía sola.